En los últimos años, está creciendo la moda de los canales infantiles y familiares en plataformas como Youtube o Instagram. Cientos de padres abren canales para sus hijos menores de 13 años, donde sobre exponen todas las intimidades de los niños, con un fin lucrativo. Millones de desconocidos observan a diario la vida de estos niños, como si de un Gran Hermano se tratase, sin reparar en los daños psicólogos que esto pueda provocarles en un futuro. 

Los niños más pequeños son grabados en la bañera, en el cambio de pañales, en el colegio (exponiendo también a otros compañeros), en el parque, comiendo, incluso durmiendo, enfermos o recién operados en el hospital. En otro tipo de canales infantiles, las niñas de 9 a 12 años son expuestas de manera totalmente sexualizada, realizando retos que se basan en destrozar objetos caros (normalmente iphones) y siendo premiados por sus padres con cantidades exageradas de dinero. Ejemplo : "El último en destrozar su iPhone, gana 1000€".

Estos canales vulneran el derecho a la intimidad de los más indefensos, que no son conscientes de que su vida privada está siendo expuesta ante millones de personas. Estos canales son además un mal ejemplo para los niños que ven este tipo de contenido, además de que muchos de ellos han sido ya denunciados por publicidad encubierta a menores. 

Por último recalcar que los canales donde aparecen niños, son a menudo objeto de redes de pedofilia, tal y como se ha demostrado en diversos medios informativos en los últimos años. Por todo esto, pedimos a los organismos responsables que se haga una regulación en plataformas como Youtube e Instagram, tanto del contenido de estos canales, como del tiempo de exposición y trabajo de los niños. Sólo consiguiendo una regulación, como se hizo con el tiempo de exposición de los niños en televisión, se conseguirá evitar que algunos menores sean utilizados por sus padres con fines lucrativos, además de proteger el derecho a la intimidad y privacidad de los menores. 

Nuestros hijos no son de nuestra propiedad. Su intimidad no nos pertenece.