Costa Rica atraviesa el momento más difícil de la pandemia COVID-19. El aumento de casos, la ruptura constante de cifras récord en hospitalización, el inminente colapso de los servicios de salud y la angustia de miles de familias que diariamente reciben noticias sobre casos positivos, son solo algunas de las muestras del desafío que enfrentamos como sociedad.

Los centros educativos no son ajenos a esta realidad. A pesar de los protocolos de salud que se puedan implementar en el centro educativo, la mayor parte de la población estudiantil utiliza mascarillas de tela que no tienen un alto grado de protección ante el virus, realizan comportamientos grupales con débiles protocolos de distanciamiento en los trayectos hacia los centros educativos y cuando vuelven a sus casas y presentan relajación de medidas en momentos de descanso o ausencia de supervisión docente.

Ante estos hechos, autoridades nacionales como el Colegio de Médicos y la Defensoría de los Habitantes, han solicitado la suspensión de la presencialidad del curso lectivo como una medida estratégica que, junto a otras acciones, permitiría una disminución de los contagios en las próximas semanas. Esto permitiría disminuir la presión hospitalaria y salvar decenas o cientos de vidas.

Todos y todas creemos firmemente en la importancia de la educación presencial. Somos conscientes de la necesidad del acompañamiento presencial para el aprendizaje de cada estudiante y comprendemos el rol trascendental de estos aprendizajes para la vida personal, académica y profesional de la población estudiantil; sin embargo, ante esta coyuntura histórica la prioridad debe ser la Salud y la Vida de cada habitante.

Por todo lo anterior, los y las firmantes les solicitamos Suspender la Presencialidad del Curso Lectivo 2021 hasta que el país logré una disminución de la tasa de contagios y en la presión del sistema de salud.