Es la hora de la solidaridad con Cuba de todos los demócratas y de todas las democracias del mundo. Sobre todo, con las y los jóvenes que en todo el país han protagonizado desde el 11 de julio, que debería ser considerado Día de la Rebeldía Popular, jornadas históricas por las que el pueblo cubano recupera pacíficamente el control sobre su propio narrativa.

Este protagonismo comenzó con las y los jóvenes del Movimiento San Isidro, continuó con los del 27 de Noviembre y se ha convertido en una ola profunda, robusta, diversa y nacional desde el 11 de julio.

Jóvenes cubanos de todos los sectores, sustratos, niveles e identidades han recuperado las nociones de pueblo y de ciudadanía y han pedido libertad sin intervenciones extranjeras. Con ellos se han levantado también cubanos y cubanas de todas las generaciones. Es un clamor nacional.

Y hoy, como en el 2003, el régimen cubano está desatando una ola represiva, con muchos precedentes, contra la juventud. Con la diferencia de que este Verano Oscuro, como lo acaba de calificar una prestigiosa periodista, se ensaña contra la nación. El dolor atraviesa ya a miles de familias cubanas.

Y la solidaridad del mundo es el imperativo. El Consejo para la Transición Democrática en Cuba quiere iniciar una campaña por la libertad inmediata de las y los jóvenes encarcelados por solo querer satisfacer su hambre de libertad, y por la amnistía de todos los prisioneros políticos y de conciencia.

Hay entre ellos nombres conocidos, como los de Luis Manuel Otero Alcántara y Maikel Castillo (Obsorbo). Hay también quienes se dieron a conocer en un gesto singular por la libertad, como Luis Robles. O quienes continuaron la estela en las calles como Esteban Rodríguez y Yuri V. Roca, periodistas independientes, Thais Franco, una joven madre, Richard Zamora, un rapero, Ceimara Carcasses, una estudiante universitaria, Amanda H. Celaya, una joven artista, Glenda Marrero, una adolescente, Xaviel Álvarez, otro joven esperanzado, Yoel Díaz, un albañil en sus veinte, Eduardo Clavijo y Javier. L Mora, dos escritores, o Ernesto Sánchez, un artesano. Ellos se unen ahora a quienes han perseverado por décadas. Líderes como Aimara Nyeto, Félix Navarro, José Daniel Ferrer o Ramón Salazar, entre otros.

Esta campaña quiere ser mundial. Invitamos a todos a sumarse de todas las maneras pacíficas. Con su firma, con demostraciones, con reclamos ante gobiernos y ante los organismos internacionales, con los gestos del arte y con la solidaridad hacia las familias. Están, ahí, los más olvidados de Cuba.

Marthadela Tamayo
Primera Vicepresidenta

José Casares y Yamilka Abascal
Secretaría de Juventud