Imagínate que quieres ir al baño y no hay ninguno cerca. No estás en una casa, ni en un centro comercial, ni en ninguna zona urbana; estás rodeado de árboles, algunas casas de madera y con mucha gente viéndote. Ya no aguantas más. ¿Qué haces?

Para más de cinco millones de colombianos que no tienen saneamiento seguro y viven principalmente en las zonas rurales, esta pregunta es casi diaria. Para ellos, la solución está en adentrarte a la maleza, esperar la oscuridad de la noche o prestar el baño de la vecina, porque además de su situación de pobreza, los proyectos del viceministerio de agua y saneamiento del gobierno no prioriza las zonas rurales.  

Puede decirse que los altos costos de las soluciones convencionales de alcantarillado agravan el problema, pero la verdad, es que la histórica falta de voluntad política es la causante que el 12% de colombianos no tengan acceso a un saneamiento seguro.

Necesitamos acabar con la defecación al aire libre con servicios innovadores y descentralizados para el contexto rural colombiano y para eso, el ministerio de Vivienda del país, junto con los gobernadores, deben ejecutar los programas de instalación de sanitarios a los que se comprometieron antes que finalicen sus mandatos en octubre.

Así, con familias rurales con acceso a sanitarios, podremos disminuir el gasto público en salud y la pobreza multidimensional, mejorar la asistencia escolar, evitar enfermedades gastrointestinales, pero sobre todo, brindar bienestar, seguridad y dignidad a las familias rurales del país.