Desde hace 4 años, por aquel julio de 2015 cuando Josep María Bartomeu gana las elecciones y accede a la presidencia del Fútbol Club Barcelona, el club en estas 4 temporadas ha cosechado otras tantas humillaciones europeas, con noches para olvidar (París, Turín, Roma, Liverpool) que se añaden a un negro y reciente historial blaugrana, convirtiéndonos en el mayor hazmerreir futbolístico a nivel mundial.

Los títulos de Liga y de Copa, no hay que menospreciarlos, al contrario son un gran logro y debemos celebrarlos, pero si analizamos su coste veremos que ha sido tremendamente alto y no nos referimos a balances económicos (que también), nos referimos a la pérdida de identidad, a la renuncia del estilo, la cultura y el ADN; nos referimos a dar la espalda al modelo Cruyffista que tantos éxitos nos ha dado y que ha cambiado la historia de este equipo; nos referimos a años en los que hemos tenido que padecer 3 Champions League consecutivas del eterno rival aun contando con el mejor jugador de la historia en nuestras filas, al que no han sabido rodear bien y al que han dinamitado 4 años de su trayectoria futbolística. 

Hay Messi para rato, pero la realidad es que la temporada que viene contará con 33 años y no puede seguir siendo el único que aparezca, que tenga que recibir un balón a 50 metros de la portería. Y no lo decimos por hablar de aspectos tácticos, sino porque esta directiva comandada por Josep María Bartomeu ha fichado a los 2 jugadores más caros de la historia culé (Coutinho y Dembelé) y todos hemos visto el pobre rendimiento de ambos: el primero ha propinado malos gestos a su propia afición y del segundo podríamos hablar de su alimentación, su actitud y su baja o inexistente implicación, al que ya ficharon conociendo que llegaba tarde a los entrenamientos del Borussia Dortmund y que llevaba un estilo de vida bastante díscolo.

El tiempo pasa para todos y la era post-Messi será un solar si se continúa con las mismas políticas, despreciando a la Masía, si se continúa apostando por un estilo ajeno al de la casa, si no se dan oportunidades a los jóvenes, si van a jugar siempre los mismos (vacas sagradas), si el vestuario va a dominar al entrenador o si se siguen haciendo renovaciones multimillonarias a jugadores con lesiones crónicas o a aquellos que pasan de la treintena y cuyo rendimiento ya no es el que era.

Aunque insistimos, no se trata de uno o dos nombres en concreto, se trata de la política y decisiones erráticas de esta Junta Directiva, que nos han llevado hasta esta posición, nos han llevado hacia un proyecto abocado al fracaso y a un futuro muy incierto.

Si queremos salvar al Barça se necesita una renovación integral, desde arriba y que garantice una vuelta a los origines que tantos éxitos nos dieron (Cruyff, Rijkaard, Pep, Tito, Messi, Xavi, Iniesta, ...).

Firma esta petición y ayuda a nuestro club, al FC Barcelona a recuperar su identidad, su estilo, su sentimiento, su ADN.

Visca Barça