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El abuso de menores es una plaga que es necesario erradicar. Pero esto requiere también acabar con la cultura del encubrimiento.

Como miembros de una iglesia hermosa como es la Iglesia Católica, miembros de la Federación del Regnum Christi y Amigos, solicitamos formalmente a los sacerdotes Eloy Bedia, Evaristo Sada, Luis Garza, Ricardo Sada y Emilio Diáz Torre, que se abstengan de su derecho a ir al capítulo general de los legionarios de Cristo que se celebra en Roma en enero próximo.

Estos sacerdotes aunque han sido elegidos para participar en el capítulo general ordinario de la congregación, son sujetos de una investigación por ocultar y no proceder debidamente respecto a la conducta de abusador de menores Fernando Martínez. El hecho de que vayan al capítulo, re victimiza a las víctimas y a todos los que queremos verdad y justicia.

Según las normas publicadas por el Papa Francisco en el Motu Propio VOS ESTIS LUX MUNDI, del 7 de mayo de 2019, los encubridores del abuso sexual son también sujetos de aplicación de estas normas (Título 1, Art. 1 Ámbito de aplicación):

1. Las presentes normas se aplican en el caso de informes relativos a clérigos o miembros de Institutos de vida consagrada o Sociedades de vida apostólica con relación a:

"conductas llevadas a cabo por los sujetos que consisten en acciones u omisiones dirigidas a interferir o eludir investigaciones civiles o investigaciones canónicas, administrativas o penales, contra un clérigo o un religioso con respecto a delitos contra el sexto mandamiento del Decálogo [que consistan en]:" [titulo 1 art. 1 (b)]

"i. obligar a alguien, con violencia o amenaza o mediante abuso de autoridad, a realizar o sufrir actos sexuales;
ii. realizar actos sexuales con un menor o con una persona vulnerable;
iii. producir, exhibir, poseer o distribuir, incluso por vía telemática, material pornográfico infantil, así como recluir o inducir a un menor o a una persona vulnerable a participar en exhibiciones pornográficas"  [titulo 1 art. 1 (a)] 

La renuncia de estos sacerdotes no es solo un gesto sino un paso importante para cambiar la cultura de encubrimiento que hasta ahora ha existido dentro de la congregación de los Legionarios de Cristo.