La Administración de Ricardo Rosselló ha colapsado. Las autoridades federales han radicado acusaciones sobre figuras fundamentales de su Gabinete y contratistas principales de las agencias. Las autoridades federales han interrogado a sus ayudantes cercanos.  Funcionarios que han denunciado la corrupción en las agencias han tenido que renunciar o han sido despedidos. Trascendió públicamente que el resultado de una auditoría implica a la Primera Dama en malos manejos en Unidos por Puerto Rico. La relación entre el Gobernador y la Asamblea Legislativa se ha lacerado grandemente por burlas y esquemas de Rosselló y sus allegados en contra de los presidentes legislativos. La permanencia de Rosselló en la gobernación:

1. afecta la habilidad de Puerto Rico para acceder y manejar fondos federales, porque el gobierno federal no confía en que los dineros serán bien utilizados

2. afecta el clima de hacer negocio e inversión en Puerto Rico porque las empresas no quieren invertir sus dineros en jurisdicciones azotadas por la corrupción institucional, privando a Puerto Rico de nuevos empleos y actividad económica 

3. Desenfoca la función gubernamental porque en lugar de trabajar por el Pueblo, trabajan para proteger al Gobernador

4. Crea un riesgo real de encubrimiento, destrucción de evidencia y obstrucción a la justicia

5. Crea un problema de disfuncionalidad entre la Rama Ejecutiva y la Rama Legislativa. 

El Gobernador Rosselló Nevares debe renunciar a su cargo inmediatamente para evitar que se le siga haciendo daño al País. Los puertorriqueños exigimos un gobierno que pueda atender nuestros problemas, y que se pueda investigar la corrupción institucional de esta Administración.  Rosselló Nevares debe tener la madurez, prudencia y desprendimiento para saber qué lo mejor para Puerto Rico es que renuncie a la Gobernación.