El Parque de las ciencias de Granada se ha convertido en los últimos años en uno de los museos interactivos más importantes y visitados de Andalucía y de todo el país. Sin embargo parece que la Junta de Andalucía no considera la gestión que ha logrado este estatus un logro

Desde la sede central de la Junta de Andalucía pretenden encargarse de la gestión de las nóminas, contratación, taquilla, actividades, relación con proveedores, alquileres, producción, compra y venta de exposiciones. 

El parque pasaría a ser gestionado por la Consejería de Hacienda de la Junta, es decir un órgano totalmente ajeno a la actividad del parque y a la propia ciudad en la que se encuentra

De este modo, el dinero que el parque genere irá a Sevilla, con lo que pierde la autonomía de la gestión y no se podrá reinvertir en aquello que se considere más pertinente, como se venía haciendo hasta ahora, algo totalmente injusto para la ciudad y la gente que ha trabajado para llevar el museo a donde está.

Desde su apertura ha pasado de tener 127 visitantes en su primer año abierto a 870.000 en 2018, colabora habitualmente con la Agencia Espacial Europea, participa en más de 20 proyectos internacionales y produce y vende exposiciones de altísimo nivel a otros museos de todo el mundo. ¿De verdad es necesaria una gestión externa?

El hecho de que sea la Consejería de Hacienda de la Junta quien vaya a encargarse de su gestión hace sospechar que quieran tratar un museo como un consorcio o una empresa orientada al beneficio económico. Sin embargo el Parque de las ciencias exige una atención y unos requisitos diarios muy diferentes a, por ejemplo, un consorcio de transporte público. Y se deben atender desde la provincia y para la provincia

En Granada queremos que nuestros monumentos, museos y demás instalaciones y atractivos turísticos se gestionen desde Granada para asegurar que sus beneficios se re inviertan en nosotros.

Firma para exigir a la Junta de Andalucía que la gestión del Parque de la Ciencia de Granada no pase a ser responsabilidad de la Consejería de Hacienda y se mantenga en la ciudad, convirtiéndose en una fundación pública para garantizar su supervivencia.