Soy Claudia y como muchas otras mujeres he sufrido en primera persona el dolor físico y psicológico de una muerte gestacional. Las tres palabras que iniciaron ambos duelos fueron: “No hay latido”. Nadie está preparado para escuchar esta frase, pero lo peor viene después. A mi segundo bebé, Hugo, que murió en mi vientre con 17 semanas de gestación, lo tuve que parir y nunca se me olvidará la sensación de sentir su cuerpecito entre mis muslos y que la enfermera me pusiera una sábana por encima para que no lo viera. Después llegó una ginecóloga que le dijo a otra: “Trae ese bote para meter al bebé”. 

Así empezó todo. Un duelo que no habría podido afrontar sin la ayuda de mi psicóloga, a la que tuve que buscar por mi cuenta porque la atención al duelo perinatal en España es PRÁCTICAMENTE NULA. 

Por eso quiero pedirte tu apoyo para lograr que se apruebe un permiso por duelo en casos de pérdida gestacional que incluya a la pareja, si la hay, y se reconozca cuando el bebé tiene menos de 180 días de gestación, ya que en la actualidad el permiso de maternidad existe en casos de muerte perinatal pero únicamente cuando se han superado los 6 meses de gestación. Por ello, es necesario que este permiso sea del tiempo suficiente para facilitar la recuperación física y psicológica. A pesar del que el 80% de los abortos espontáneos ocurren en las primeras 13 semanas como ocurrió en mi primera pérdida gestacional, no existe un permiso por duelo cuando ocurre antes de los 6 meses de gestación.

Las que hemos pasado por esto, sabemos que el dolor no es menos intenso cuando el aborto se produce antes.  Por eso, es urgente que se regule sin un periodo arbitrario de tiempo, que se reconozca el duelo físico y mental y que incluya a la pareja que es parte de la ecuación y también sufre. Es importante que este permiso también incluya a la pareja cuando la hay, porque el duelo es de ambos y la relación de apoyo es esencial para la recuperación. Ayúdame a conseguirlo firmando esta petición. 

Una situación como esta es una causa totalmente justificada para recibir un permiso de duelo y tenemos que visibilizarlo y lograr que no se nos cuestione más. Muchas mujeres se sienten indefensas ante esta situación y por no tener que dar explicaciones a su médico de cabecera, reanudan su actividad laboral al día siguiente de haber sufrido una muerte gestacional sin estar aún preparadas mentalmente. Yo misma recibí en ambos casos una baja por enfermedad común, cuando lo que me ocurría no era una enfermedad. Mi bebé había muerto y necesitaba tiempo para recuperarme física y mentalmente.

El machismo hace que no le demos importancia a estos duelos y las mujeres se sientan invalidadas, pero tenemos que ponerle fin. No son “cosas normales del embarazo” ni un problema menor. Nuestro dolor tiene que dejar de ser invisible y el permiso por duelo tiene que ser el principio de una larga lista de cambios para mejorar nuestra atención y derechos.

Las mujeres hemos mostrado que somos capaces de lograr grandes avances en materia de igualdad de género. Ahora tenemos la oportunidad de seguir y no quedarnos a la cola en derechos y atención en casos de pérdida gestacional. Firma y comparte mi petición para que el Ministerio de Trabajo me escuche y tome medidas lo antes posible. 

Muchas gracias por tu apoyo.