Esta semana se ha filtrado el primer borrador del nuevo decreto que regula el régimen transitorio de las oposiciones docentes, y que se aplicará desde el 2022 hasta el 2024 (por ejemplo,  aquí).

El gobierno introduce estos cambios con la excusa de reducir la temporalidad (algo que se puede reducir igualmente con un proceso libre y justo), cuando en realidad lo que persigue es beneficiar a un colectivo a expensas de otro. En este caso,  los interinos con más de 10 años de experiencia son los grandes beneficiados, frente a opositores sin experiencia o interinos recién llegados al sistema. Lo que se busca es que no se compita en igualdad de condiciones y así poder “regalar” las plazas a los funcionarios con mayor antigüedad mediante un proceso que constituye una completa farsa.

En el acceso a otros cuerpos de funcionarios públicos como, por ejemplo, los técnicos e inspectores de hacienda, jueces, economistas del estado, etc.,  no se plantean este tipo de cambios y las oposiciones son incluso de turno libre ¿Por qué se plantea este sistema en el cuerpo docente? ¿No se promulga constantemente la importancia de la calidad docente en la enseñanza? ¿Se rige este proceso por los valores constitucionales de igualdad, mérito y capacidad?

Este sistema introduce incentivos perversos, ya que se envía el mensaje de que lo importante es únicamente acumular experiencia en el cuerpo, que pesará un 70% en la fase de concurso, despreciando la formación, que reduce su peso a un escaso 20%,  o la capacidad demostrada por el opositor en las pruebas de la fase de oposición, cuyas partes ya no serán eliminatorias.  Estos cambios crean inseguridad jurídica al cambiar arbitrariamente las normas del juego en la mitad del partido, con desastrosas consecuencias para los opositores que sienten que han perdido el tiempo y el dinero invertido en la preparación.

A continuación se resumen los principales cambios introducidos en el borrador:

FASE DE OPOSICIÓN (60%)

Habrá una única prueba con dos partes que no serán eliminatorias y bastará con sacar un 5 de media. El objetivo encubierto es bajar el listón para que todos los aspirantes lleguen de la mano al concurso, donde la experiencia pesa el 70% de la puntuación. Constará de dos partes:

• Parte A)  desaparece la práctica, o al menos abre esa posibilidad,  que era donde se producía la verdadera criba. Bastará con elaborar un tema de entre 5 bolas seleccionadas al azar, entre más de 70 temas posibles. 
• Parte B)  se podrá elegir entre la defensa de una programación didáctica o una unidad didáctica que el opositor llevará preparada de antemano.  Antes había que desarrollar entre 12 y 16 unidades didácticas, entre las que el opositor tenía que defender una UD escogida al azar.

FASE DE CONCURSO (40%)

Se valorarán tres apartados:

• La experiencia contará un 70%, que se alcanzará si llevas diez años trabajando en el mismo cuerpo
• La formación se reduce a la mínima expresión (20%), frente a los 5 puntos que se podían sumar en este apartado en el anterior sistema, privando a los opositores más brillantes y que han invertido más en su formación de la posibilidad de sumar más puntos en este apartado. Por ejemplo, tener un buen expediente académico, conocer idiomas o tener un doctorado no marcará en la práctica ninguna diferencia
• Haber superado un proceso selectivo en una convocatoria anterior sin obtener plaza (10%) 

Por todo lo expuesto, pedimos que se pare la aprobación del RD por el que se modifica el Real Decreto 276/2007, de 23 de febrero, por el que se aprueba el Reglamento de ingreso, accesos y adquisición de nuevas especialidades en los cuerpos docentes a que se refiere la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, y se regula el régimen transitorio de ingreso a que se refiere la disposición transitoria decimoséptima de la citada ley.