Otorgar permiso de residencia especial al mayor número posible.

Otorgar permiso de residencia especial al mayor número posible.

Inició
11 de octubre de 2022
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¿Por qué es importante esta petición?

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gobierno de japón
S. E. Yoshihisa Furukawa, Ministro de Justicia

25 de marzo de 2022

En lugar de deportar a los niños y a sus familias para quienes el Japón es su hogar, otorgar permiso de residencia especial al mayor número posible.

 

En diciembre de 2021, los Obispos Católicos del Japón realizaron un taller sobre refugiados, migrantes y personas en movimiento. Jóvenes de origen extranjero que nacieron y crecieron en Japón hablan sobre su situación. Aunque nacieron en Japón, se educaron en escuelas japonesas y hablan sólo japonés, se tomó la decisión de deportarlos porque sus padres no tienen estatus de residencia y por lo tanto tampoco tienen ese estatus. Desde pequeños se vieron obligados a vivir con ansiedad.

Aunque desafía el sentido común, se ha dicho que a menos que los padres regresen a sus países de origen, no existe la posibilidad de que se reconozca la residencia de sus hijos. Es inimaginablemente cruel separar a padres e hijos, dejando que los niños residan solos en Japón. En un caso, un padre fue deportado antes que su esposa e hijos. La madre y los hijos pidieron permiso para permanecer en Japón, pero la Corte Suprema rechazó la apelación. Ahora ellos corren el riesgo de ser deportados a la fuerza.

Para aquellos que nacidos en Japón cuyos padres no tenían estatus de residencia o que fueron traídos a Japón cuando eran niños y crecieron aquí, Japón es su hogar, el japonés es su lengua materna y no hay otro lugar al que regresar.

Alrededor de 300 de esos niños corren el riesgo de deportación. Enviar a niños nacidos o criados en Japón a otro país donde no tienen base para vivir o separar a padres e hijos violaría la Convención sobre los Derechos del Niño que Japón ha ratificado. ¿Por qué las personas nacidas y criadas en Japón sufren de esa manera? ¿Es nuestro país tan inhumano?

Solicitamos al gobierno japonés que considere ayudar alrededor de 300 niños nacidos y criados por padres sin estatus migratorio, así como a sus familias que corren el riesgo de deportación.

Pedimos que les concedan permisos especiales de residencia como gesto humanitario. Si Japón, que ratificó la Convención sobre los Derechos del Niño, garantizar el “mejor interés del niño”, ¿cuántos niños se salvarán?

Los obispos católicos del Japón esperan que la nación se torne una nación que cumpla los tratados internacionales de derechos humanos y proteja la dignidad y los derechos de todas las personas.

 

Presidente: Isao Kikuchi, Arzobispo de Tokyo
Vicepresidente: Masahiro Umemura, Obispo de Yokohama

Cardenal Man-yo Maeda, Arzobispo de Osaka
Michiaki Nakamura, Arzobispo de Nagasaki
Yoshinao Otsuka, Obispo de Kioto
Goro Matsuura, Obispo de Nagoya
Eijiro Suwa, Obispo de Takamatsu
Taiji Katsuya, Obispo de Sapporo
Mitsuru Shirahama, Obispo de Hiroshima
Wayne Berndt, Obispo de Naha
Josep Abella, Obispo de Fukuoka
Michiaki Yamanouchi, Obispo de Saitama
Hiroaki Nakano, Obispo de Kagoshima
Daisuke Narui,Obispo de Niigata
Edgar Gacutan, Obispo de Sendai
Toshihiro Sakai, Obispo auxiliar de Osaka

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