En el año 776 a.n.e. (antes de nuestra era) los antiguos griegos celebraron en la ciudad de Olimpia los primeros juegos deportivos en honor del todopoderoso dios Zeus. Estos Juegos Olímpicos u Olimpiadas se celebraron periódicamente cada cuatro años y de forma ininterrumpida durante más de 1170 años hasta el año 393 de n.e. (de nuestra era) en que los suprimió el emperador Teodosio. Esta constancia y permanencia solo se explica por el hecho extraordinario de que se declaraba una “tregua sagrada de paz”  que interrumpía los enfrentamientos guerreros para que todos los atletas griegos pudiesen competir y participar con tranquilidad y paz. Tres meses antes de la celebración mensajeros de la ciudad de Olimpia recorrían toda Grecia anunciando la tregua que todas las ciudades estado aceptaban y respetaban..

Dentro de tres meses exactamente se celebrarán los Juegos Olímpicos de Paris, los XXXIII de la Era Moderna. Ahora es el momento de que a imitación e inspirados por aquellos antepasados nuestros, los griegos, no solo celebremos competiciones deportivas del más alto nivel sino que acordemos también declarar la tregua de paz necesaria como ellos hacían. Ellos lo hicieron durante 1170 años ininterrumpidamente. ¿Por qué  nuestra avanzada sociedad, tan orgullosa de sí misma, no ha de conseguirlo, si se lo propone, al menos durante tres meses?