Para votar RECHAZO basta con el sentido común. Una invitación a reflexionar.

Los muertos atribuibles al comunismo en la historia, por lo bajo, llegan a 80 millones; en la ex URSS (20), China (60), Corea del Norte (2), Camboya (2), Vietnam y cientos de miles suman los Europa Oriental, Latinoamérica y África. Los más exagerados triplican esta estimación.

Sin embargo, poca gente repara en un patrón que se repite en todos lados:

a)    Más de la mitad de los muertos se produjo por la hambruna provocada por el daño que el socialismo hizo al emprendimiento privado, a la productividad y a los medios de producción.

b)    El resto de las bajas, son los disidentes, los que no aceptaron el chantaje. Fueron víctimas de las purgas por traición a la causa.

c)     La población sobreviviente se tuvo que someter y fingir que comulgaba con las directivas del partido por el terror de ser asesinados, relegados a campos de concentración y reeducación o desplazados de sus trabajos.

A los que creen que los regímenes comunistas son exclusivamente producto de seres criminales, se les escapa una cuestión esencial: los que crearon estos regímenes criminales no fueron los criminales, sino los entusiastas, convencidos de que habían descubierto el único camino hacia el Paraíso. Lo defendieron valerosamente y para ello ejecutaron a mucha gente. Más tarde se llegó a la conclusión generalizada de que no existía tal Paraíso; de modo que los entusiastas resultaron ser asesinos.

Muchos de los que piensan votar APRUEBO creen honestamente en que la propuesta de nueva constitución nos acercará de verdad a este Paraíso social, solidario y de igualdad.

De muy poco les servirá la excusa de sus buenas intenciones; “No sabíamos”, “Fuimos engañados”, “En lo más profundo de nuestras almas creímos de buena fe”, porque cada vez que los soñadores llegaron al poder, la miseria y la desesperanza se apoderaron de la sociedad. Para permanecer en el poder se trasformaron en criminales, tuvieron que someter a millones de personas a fingir su fidelidad al partido y asesinar a otras tantas que no estuvieron dispuestas a aceptar el chantaje.

Finalmente, está la cuestión del gobierno. ¿Saben o no saben a dónde están conduciendo al país?, ¿Es inocente un hombre cuando no sabe?, ¿Un idiota que ocupa el trono está libre de toda culpa solo por ser idiota?

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