Las tasas de natalidad de este país están en mínimos históricos en un país en el que los ancianos dependen directamente de los aportes de los jóvenes y adultos para cobrar su pensión. La situación es insostenible a medio-largo plazo, y las políticas de ampliación de la baja por paternidad no han sido suficientes para cambiar la situación. Creemos que los jóvenes, sin una vivienda -un "nido"- en el que criar a su prole, no van a asumir esa responsabilidad (aunque el trabajo y otras motivaciones también influyen en esa decisión, obviamente). En las últimas décadas las ciudades han esperimentado un éxodo de las familias a las periferias de la ciudad, cuyos centros han quedado en manos de especuladores que se lucran con los alquileres, comprando más y más viviendas en un modelo insaciable que dispara el precio de la vivienda (por simple ley de oferta-demanda) y aumenta el endeudamiento de las familias en un país en el que tener una vivienda en propiedad es ya algo cultural. Ningún partido político durante la democracia se ha dedicado a penalizar a las personas que "coleccionan" pisos y se han quedado con los centros de las ciudades, como si se tratase de un juego de Monopoly en la vida real. Y así, con unas tasas de natalidad por los suelos nunca antes vistas y con una pirámide de población invertida, hemos llegado a un punto de inflexión. Parece que nadie tiene la culpa de este problema, pero la relación es obvia. Con una penalización exponencial asociada al número de pisos en propiedad de cada ciudadano los gobiernos podrían levantar más viviendas protegidas o públicas y favorecer así la natalidad hacia un modelo más sostenible, con precios más razonables. Otros países han conseguido frenar la especulación, favoreciendo a los ciudadanos que habitan en las ciudades y penalizando al especulador. Cada vez hay más pisos alquilados para AirBNB o segmentados en habitaciones que se tabican para alquilar a más personas que viven como latas de sardinas. Este modelo, anti-natural, no es viable y no hace otra cosa que abrir una brecha cada vez mayor en la sociedad. Por si fuera poco, especialmente en las grandes ciudades, este éxodo a la periferia no hace otra cosa que obligar a las personas a desplazarse a la capital de forma masiva, saturando los accesos y aumentando la contaminación. Si las personas vivieran más cerca seguramente se evitarían muchos desplazamientos y se favorecería la concliación familiar, lo que impactaría de lleno en esas cifras de baja natalidad (muchos no tienen más remedio que recurir a los abuelos para el cuidado de sus pequeños). Si estás de acuerdo en que los políticos tengan en cuenta esta propuesta y actúen de una vez por todas, penalizando fiscalmente a aquellos que compran pisos (bienes de primera necesidad) con el único fin de lucrarse y creando más vivienda pública para los que la necesitan, por favor, firma la petición. ¡Gracias de antemano!